¡VIVE! ¡SOLO VIVE!

AUTORA: MARÍA LOURDES CELAYA GERLACH 

–SANTA ANA 

Mis padres Guillermo Celaya y Benedicto Gerlach. La mayor parte de mi vida ha transcurrido en la región de los pueblos del Río altas, incluyendo Caborca. Actualmente, por razones de trabajo me encuentro en Hermosillo, Sonora. Empecé escribir a la edad de 14 años y considero un don que Dios me ha dado para poder reflejar en ello mis sentimientos. Utilizo, el lenguaje sencillo y generalmente la prosa. Mis escritos son vivencias propias y situaciones que observo de lo cotidiano. He editado dos libros: El primero en 1994 “Poemas. La libertad de un sentimiento” y en 2013 “Con los ojos del alma”. No he recibido apoyo de instituciones, más bien de particulares. He obtenido algunos premios y algunas entrevistas en radio y tv locales. 

Disfruta un helado, saborea un café, 

un cigarrillo, una cerveza. 

Al amanecer haz el amor. 


Levántate a medianoche, 

abraza a las estrellas y siéntete parte de su luz. 


Si tienes ganas, 

grítale al viento y expresa tu desagrado. 

Que el lleve tu eco a lo eterno del mundo. 


Sal esta noche de fiesta 

o si te da la gana, acurrúcate en el sofá. 

Ve cualquier programa, escucha la radio 

o simplemente teje sueños. 


Acaricia la luna con las pupilas 

y aspira el aroma de la mañana. 

Total… el tiempo… 

¿qué es el tiempo cuando crees tenerlo todo 

y al despertar no tienes nada? 


La vida… 

¿Qué es la vida ante la cercanía de la muerte? 


Caminamos contrarreloj, aprisa y con disgusto, 

viviendo fuera de contexto, 

lo que no se ha marcado en nuestra andanza, 

pues el final llegará 

simplemente… llegará. 


¡Por eso vive!, lo que te atrevas a vivir. 

¡Sueña!, lo que te atrevas a soñar. 

No sigas paradigmas de una sociedad que ha de juzgarte, 

sin importar si has hecho mal o bien. 


Canta, llora, ríe, sin importar lugar ni tiempo. 

La vida es breve, los segundos se esfuman. 

No esperes la caída de las hojas, será tarde. 

Las ilusiones se habrán ido, no te detengas a pensarlo. 


¡Vive! ¡Solo vive! 

Disfruta un helado, un café, una cerveza 

y al amanecer haz el amor. 

¿Para qué esperas si quizá, no haya un anochecer?